La conciencia no es algo que se me haya despertado de la noche a la mañana. Digamos que lo veo como un proceso natural con una consecuencia no menos lógica: la transición al Veganismo.
Desde que tengo uso de razón me recuerdo con una considerable conciencia ecológica, pero limitada a las acciones más extendidas y accesibles para lxs cuidadanxs de a pie:
- reutilizar, reducir y reciclar;
- no utilizar y militar contra la utilización de pieles de animales en mi círculo más próximo;
- posicionarme en contra de las corridas de toros y otros “festejos” humillantes que, por desgracia, tanto abundan en el área donde vivo;
- participar con colectivos y en acciones ecologistas a mi alcance…
Poco a poco, y sin dejar de lado estas actividades, me fui concienciando más sobre mi responsabilidad en el tema, sobre qué podía hacer yo para colaborar.Así, términos como “antiespecismo”, “alimentación consciente”, “igualdad animal”, “liberación animal”, “veganismo”, etc., entraron en mi vida.
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